Happy birthday, mister Founder

Exactamente hace 1 año, justo el primer día en que todos nos dejamos de dar la mano y empezamos a ponernos un trozo de tela en la cara; justo el día que la waif llegaba de su ultimo viaje, feliz, con su Hermana y su cuñada… Justo el primer día en que no podíamos abrazarnos con nadie más… Me desvincularon de McCann.

Y mi cabeza empezó a a girar. 20 años subiendo y subiendo, DGC a los 30, Vicepresidente a los 34. No, no había mucho más que hacer. Y eso lo tenia claro hace un buen rato. Además, era mas que esperable; y entendible: el cliente más importante de MRM acababa de avisarnos que se iba; Latam, la cuenta más importante de McCann Latam estaba en serios problemas… y yo a su vez llevaba mucho tiempo en modo «y ahora qué», sin capacidad de subir, a menos que me enfocara en algun cargo regional (viendo la vida y el desgaste de los que trabajan en regional… no, gracias).

Uno cree que es lo peor que te puede pasar, profesionalmente. 20 años. 20 años diciendo que no a otras oportunidades. Cargos. Sociedades. Y ahora, iniciando una pandemia… con 3 hijos a cargo y un mundo mutando a mil por hora. Ahora qué.

Como son las cosas. Lo primero que hice fue sentarme en mi escritorio y tomar mi celular (¿seguía siendo «mi» celular?) y buscar a mi Coach. Extrañamente, el día anterior le habia escrito «Esto no da para más. Necesito un cambio». Menos de 24 horas más tarde, el universo me decía «ok. Toma».

Hace un año. Hace un año pesqué la proverbial caja, con una décima de mis cosas (en 20 años, acumulas muchísimo. Desde regalos del jardín infantil de tu hijo de 18 años hasta revistas que creías perdidas)… Y me di el lujo de derrumbarme. Un ratito. Sabiendo que, para buena suerte mia, el ultimo año, había sido un tremendo año profesional. No iba de caída. «Si por alguien no me preocupo si podría levantarse, eres tú Rita» me dijo mi ahora ex jefe.

Y así fue. Primero, porque entendí que no iba a pasar nada rápido. No en pandemia. Y con 20 años de pago (bueh, 11 y con el tope), tenia varios meses para pensar bien. No mi próximo paso. Mis próximos 20 años.

Luego, el famoso posteo que hoy lleva más de 300,000 views. Y una reunión urgente con mi coach. Y planear, planear, planear.

Ese mismo dia recibí 2 ofertas de trabajo. Al tiro. Vente. Mi guata apretada me dijo «No. Planifica tus próximos 20 años. Esta oportunidad es única». Y no acepté ninguna.

E hice bien.

El Podcast tampoco fue parte del plan. Fue un momento real de «no puedo hacer nada por ahora. Necesito un break… pero mi cabeza no es de breaks. Voy a ayudar». Y en 2 meses ya tenia mi primer cliente. Porque el quería ayuda, sí; pero pagada.

En un año aprendí de tributación. Armé mi empresa desde mi escritorio. Mi logo .Mi marca. Mi sitio. Mi pool de clientes. Mi red de expertos en cada área en la que quería entrar. Mi equipo de confianza. Mi set de mentores. Mi propuesta: Agencia agnóstica. Liviana. De verdad. Full Stack marketing. En un año me armé un sueldo mejor que antes, con un set de clientes elegidos con pinzas. Incluso dejando un par en el camino porque ya no estoy dispuesto a decir «si, señor cliente» si sé que no es lo correcto.

Si no creo en un proyecto, no lo tomo. Ya no tengo que hacerlo.

En un año descubrí que la vuelta larga, es la única manera potente de avanzar. ¿En qué puedo ayudar a la industria? ¿Cómo modelo un formato liviano, que me permita trabajar de manera realmente agnóstica? Para unos clientes, monté una agencia de contenidos. Con otros, soy su Director Creativo externo. Para otros, un asesor de su Directorio.

Y Human. CEO de una agencia de medios que transita entre dos mundos: Multilatina, pero boutique. Con un equipo sólido, tremendo, que me ayuda desde Mexico y Argentina; y un formato liviano que me permite tener dos sombreros. Mi consultora creativa y mi agencia de medios.

Pero lo más importante de todo, es que en este año aprendí que los contactos son clave. Que efectivamente eres el promedio de tus amigos. Que necesitas un plan. Siempre. Y una táctica para entender que, a los 44 y en plena pandemia, tu primer año de independiente puede ser el mejor año de tu vida.

Sólo necesitas cabeza fría, un buen plan, un buen coach, una red de apoyo… y no olvidar jamás que eres tú, y sólo tú, el único responsable de tu carrera y de tu vida.

Feliz aniversario RTLN.

RTLN: Emprender post 40

Ha sido un viaje alucinante. Heavy. Incómodo. Triste. Un golpe al ego. Un salto al vacío.

Pero también ha sido un viaje inspirador. Motivante. Feliz. Con muestras de cariño, confianza y ganas que, la verdad, no me las esperaba. No tantas. Y me siento muy afortunado.

Tal como he contado más de una vez en mi podcast; y en este post surrealista de Linkedin que ya lleva más de 150,000 views, luego de 20 años trabajando en McCann Worldgroup, de practicante a redactor, director creativo, Digital Advisor de la región, DGC de MRM y hasta VP de McCann Santiago, me veo enfrentado a lo que, por años, era un norte borroso y necesario: pasar la barrera de los 40 y emprender. Porque claro, en mi linea de trabajo, es eso o ser regional (que en algún momento llegué a rechazar); o asociarte con alguien.

Hoy, me lancé.

Y es una mezcla muy loca de sensaciones. Libertad. Terror a lo desconocido (con 3 hijos y una señora que mantener, créeme que ese terror es muy, muy palpable)… pero también sabiendo que tengo la suerte increíble de trabajar en la suma de mis hobbies. Y que siempre he dado el 200%. Porque me gusta, y porque si no, no tiene sentido trabajar en lo que trabajo.

Así que todo esto partió con este tipo de muestras de afecto de mi jefe, mis colegas y mis clientes:

Mi segundo paso, fue tratar mi carrera, mis «próximos 20 años», como si de una campaña de marketing se tratara. Una buena campaña se hace cuando defines perfectamente el problema. Y el «problema de marketing» de mis próximos 20 años, es entender donde estoy. Donde está la competencia y, sobre todo, qué necesita la industria. Así que me asesoré con el gran Cristian Parrao, que además de ser el Headhunter digital más seco de la industria, es Coach. Y con él encontré mi diferencial. Mi camino. Mi FODA aplicado en mi propia vida. Y estén en este proceso o estén pensándolo, se los recomiendo. Porque uno trabaja para esos primeros 20 años. Para llegar arriba, lo más arriba posible… El problema es cuando llegas a los 35 años. Y de ahí, qué?

Mi tercer paso fue empoderarme y encontrar las herramientas que iba a necesitar. Primero, actualizando mis conocimientos de Growth Hack, metodologías ágiles y certificando mis conocimientos en Facebook y Google. Una burocracia que nunca hice antes, y que tenía que hacer. Para buena suerte, todo fue relativamente rápido. La suerte de trabajar en lo que te gusta; siempre actualizado más por hobby que por pega. Segundo, mapeando a mis colegas, mis partners y empresas con las que voy a seguir trabajando con la misma estricta ética de trabajo que me ha hecho conocido. Ni más, ni menos. Pero con un diferencial: ahora no estoy en un buque. Sino que en una lancha a motor. Mas liviano, más agil y, sobre todo, más rápido.

Así que recién ahi… el cuarto paso: la propuesta en sí.

Pincha el logo y ve mi propuesta de valor.

Si por años fui capaz de diseñarme a mi mismo como profesional, gracias a grandes mentores en mi vida, como Maribel Vidal, Pablo Walker, Sean McDonald, Nir Refuah y Martin Mercado; buscando excelencia de servicio, creativa, estratégica y efectiva, lo lógico es que ese es mi diferencial. No soy solo un creativo integrado. Fui el primer creativo éxitoso en lanzarse al lado digital. No para dejar el otro. Para unir fuerzas. Y en esa misma mirada, integrar servicio, negocio y creatividad. Escucho y entiendo a los clientes; y soy capaz de encontrar y conectar su valor, con lo que la gente necesita. Y no. No es un 360 ni un full service. Así que, luego de pensarlo mucho, lo definí como Full Stack Marketing.

Full Stack. Como en la programación y el desarrollo web. Y no me malentiendan: no hablo de hacer todo. Hablo de tener la cabeza estratégica y la capacidad creativa, para conectar luego con lo mejor de la industria. Y sí, al final es entregar un servicio completo… pero boutique. Realmente con cabezas senior y ejecución impecable, como sólo el estar metido al 100% en cada proyecto me permite hacer hoy. No el 5% que dicta el fee. Y en un formato liviano, simple y ubicuo, como los clientes tanto necesitan.

En la entrevista de Alejandro Godoy en «Emprender después de los 40», lo detalló un poco más

Así que estoy feliz… pero expectante. Claramente es una mala época para emprender. Pero también es una pésima época para las cosas como siempre han sido. Y, en ese empate; justo en ese momento, me toca sacar la cabeza del agua, cuchillo en los dientes y sonriéndole a mis próximos años. Con mariposas en la guata. Como tiene que ser.