El lado positivo del CoVid19

Esta semana en mi Podcast hablo sobre todo eso «bueno» que está pasando gracias al Coronavirus. «Bueno», entendiendo que claramente esta enfermedad está causando estragos en nuestra economía. En nuestra «normalidad»… pero el encierro obligado, nos está dando cosas buenas: en nuestras relaciones. En nuestra forma de enfrentar los problemas. En nuestra manera de conectar con los vecinos. Con los amigos. Con nuestros viejos. Yo al menos, los desglosé en siete puntos clave:

1. Transformación digital obligatoria.

2. Se acabaron las relativizaciones de lo que es importante!

3. Un reality check a las Relaciones.

4. Invenciones y reinvenciones personales.

5. Aprender.

6. Redescubrir las comunidades: La red de apoyo como base social.

7. Volver a a aburrirnos. Volver a inventar.

(Si quieren escuchar el capitulo completo, acá pueden hacerlo; en Google, Apple Podcast y Spotify).

Pero hay otro tema clave que está comenzando a pasar en nuestra sociedad. Y es que la vida misma, nuestra «normalidad» está mutando. Para siempre. Y es que si esto realmente dura 2 o 3, ¡o 6 meses! Nuestra forma de relacionarnos con nuestros equipos de trabajo, tendrá ahora una nueva dinámica. Para siempre. Nuestra manera de medir nuestro éxito (con los autos juntando tierra, las tiendas caras cerradas y los guantes de goma tapando tus joyas), está tomando una forma humana. El alma, las acciones, las relaciones como moneda de cambio.

Y eso es muy potente.

Hoy el Coronavirus nos hace un «reality check» a todo lo que somos. Un scanner de nuestra vida (con tiempo para pensarlo, además), que nos muestra cómo es nuestra relación de pareja. Con nuestros hijos. Qué tan buen o mal jefe somos. Quienes son nuestros verdaderos amigos.

Cuando todo vuelva a la normalidad, ya será otra normalidad. Y, pese a todo lo que está pasando de malo en el mundo… tiene un lado luminoso. Que no podemos soltar nunca más.

La sociedad está cambiando. Para siempre.

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Y si nos queda gustando esto?

Partamos de una premisa obvia, porque no faltan los trolls: es terrible lo que está pasando. Negocios quebrados. Gente encerrada. La vida como la conocemos, en un freeze violento e inesperado que tiene al mundo completo, ¡completo! sin poder girar ni medio centímetro…

Pero este momento de freeze, este mes (que pasará a 2 rápidamente; 3 si me apuras), con clases online, happyHours via Zoom y enmascarados que entran a su casa como si vinieran del espacio, para rociarse cloro o alcohol o lysol antes de hacer nada, está convirtiendo poco a poco nuestras costumbres. Costumbres… de un animal de costumbres.

Así que me pregunto si la señora que lleva 2 meses haciendo Yoga con su tablet y su profe online, o con videos pregrabados en youtube, volverá como antes a pagar la mensualidad del gimnasio, mamarse el taco y el frío para hacer algo que ha hecho todo este tiempo en la comodiad de su terraza o pieza. No lo sé. No lo creo.

Me pregunto cuantas empresas empezaron a trabajar de manera remota y van a pasar de largo. Cuantos clientes hablando con sus proveedores con Zoom nunca más echaran de menos los cafés de más y los tiempos pedidos.

Cuanta costumbre se romperá en estos 3 meses de distancia. De tele-vida. De producto minimo viable. Cuantas personas se estarán dando cuenta que necesitan menos para vivir. Que estar en familia es maravilloso. O al revés: que esto no era lo que querían.

En estos dias, estamos mirandonos al espejo sin posibilidad alguna de mirar al lado. Sin malls, cines, salidas, amigos que nos embolen la perdiz. Estamos aquí. Encerrados. Mirandonos el ombligo. Y algunos estan aterrados… Pero otros, empiezan a sentir que la «limpieza» de alma, de cosas, de rutinas… no está tan mal.

Porque si miramos el vaso medio lleno -y, de nuevo, asumo lo terrible de esto. Las muertes que se vienen y los problemas de una economia detenida como en apocalipsis zombie-… Pero ahora todos los abuelos saben usar videollamadas. Los que fueron capaces de pasar al teletrabajo se dieron cuenta de que es posible combinar familia y trabajo. Que la salud y los hijos valen más que una reunion hasta tarde.

Se realinearon las prioridades. A fuerza de un virus. Se adelantaron 5, 10 años en tecnologias para no perder tiempo en tacos. En reuniones que eran mail. En procesos productivos digitalizados. En disfrutar más las cosas simples de la vida:la salud, la familia, el compartir. El disfrutar.

En dos o tres meses más, cuando todo vuelva a la «normalidad»… ¿Como será esa normalidad?No se si estoy preparado para volver a estar una hora sentado en un taco. O no jugar a las cartas todos los días con mis hijos. O perder horas y horas encerrado, en vez de estar en un cafè o en mi casa terminando algo mientras veo a mi hija jugar.

Dicen que un efecto secundario del Corona Virus es que pierdes el olfato por un rato. Hay otros. Dejar de comprar tonteras. Disfrutar màs tu casa. Apreciar mas tu salud. Los abrazos. Estar en un lugar lleno de gente.

A vivir.

Capaz que en todo este tiempo… nos hayamos acostumbrado a vivir.